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30 de junio de 2025

La IA agéntica: la inteligencia artificial autónoma ya está aquí

Aunque la IA generativa ha acaparado titulares y portadas por su rápido auge y popularidad, la IA agéntica se ha convertido rápidamente en la “próxima gran novedad”. O mejor dicho: LA novedad, en mayúsculas.

En los últimos años, el término “inteligencia artificial” (IA) ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en parte del lenguaje cotidiano.

Dentro de este campo que crece y se transforma a una velocidad nunca antes vista, el protagonismo en 2025 se lo lleva una nueva categoría: la IA agéntica.

Y aunque suene técnico, el concepto no es tan complicado como parece, y lo que representa es, de hecho, una de las innovaciones más potentes y disruptivas que estamos comenzando a ver en acción.

Por ello, desde Bimex queremos contarte detalladamente todo lo que necesitas saber sobre la IA agéntica.

¿Qué es la IA agéntica?

La IA agéntica, también conocida como IA de agentes autónomos o simplemente agentes de IA, se refiere a sistemas de inteligencia artificial que no solo responden a comandos, sino que toman decisiones, planifican, actúan y aprenden de manera relativamente autónoma, con el fin de cumplir un objetivo específico.

A diferencia de una IA clásica que simplemente devuelve una respuesta directa a una consulta (como preguntarle a un chatbot por el clima), un agente de IA puede recibir una meta compleja (“planifica mi semana de trabajo”, “encuéntrame las mejores oportunidades de inversión”, “automatiza el soporte al cliente de mi empresa”) y diseñar un plan de acción, ejecutar múltiples pasos y adaptarse en el camino.

Para ‘dummies’: si una IA tradicional es como una calculadora que espera instrucciones, una IA agéntica es más como un asistente personal digital que entiende lo que quieres lograr y se pone a trabajar para conseguirlo.

¿Qué representa la IA Agéntica?

Este tipo de IA supone una transformación en cómo interactúan los sistemas tecnológicos con su entorno, evolucionando de responder comandos a actuar de manera autónoma.

Al basarse en el concepto de agentes autónomos que perciben, deciden y actúan según objetivos definidos, básicamente reduce la necesidad de intervención humana.

¿De dónde surge?

La idea de agentes autónomos no es nueva. Ya en los años 80 y 90, se hablaba de “agentes inteligentes” en contextos como la robótica, los videojuegos o los sistemas distribuidos.

Sin embargo, en ese entonces, la capacidad de procesamiento, los datos y los algoritmos eran demasiado limitados para hacer realidad una IA verdaderamente autónoma y adaptable.

El verdadero impulso para la IA agéntica ha llegado en la última década con tres factores clave:

  1. El desarrollo de modelos de lenguaje avanzados como GPT (Generative Pre-trained Transformer), que permiten una comprensión del lenguaje natural con una fluidez antes impensable.
  2. El acceso a herramientas externas vía APIs, plugins y navegadores, que permiten que la IA interactúe con aplicaciones, sitios web y servicios del mundo real.
  3. El crecimiento de la capacidad de cómputo y el abaratamiento de la infraestructura en la nube, facilitando la ejecución de agentes complejos y persistentes.

El resultado de esta combinación es la posibilidad de crear agentes virtuales que no solo procesan información, sino que comprenden contextos, toman decisiones estratégicas y actúan sin supervisión constante.

Características principales de una IA agéntica

¿Cómo distinguir a la IA agéntica de otras formas de inteligencia artificial? Por las características que la definen:

Autonomía

Los agentes pueden tomar decisiones y ejecutar tareas sin requerir instrucciones paso a paso. Tú defines el objetivo, ellos definen cómo llegar.

Planificación y razonamiento

La IA agéntica no actúa al azar. Utiliza capacidades de razonamiento lógico para dividir tareas complejas en subtareas, priorizar acciones y adaptarse en función del contexto.

Interacción con el entorno

Muchos agentes pueden conectarse con otras herramientas digitales (correo electrónico, CRM, hojas de cálculo, bases de datos, navegadores web) para llevar a cabo sus tareas.

Persistencia

A diferencia de una IA que “olvida” cuando se termina una sesión, un agente puede tener memoria a largo plazo, permitiéndole aprender con el tiempo y recordar preferencias o instrucciones anteriores.

Aprendizaje continuo

Aunque no todos los agentes actuales lo hacen, muchos están diseñados para aprender de sus errores y mejorar su rendimiento con el tiempo.

En este sentido, los tres componentes esenciales de un agente de IA son:

  • Percepción avanzada: usan sensores y análisis de datos en tiempo real (por ejemplo, robots en almacenes)
  • Algoritmos de decisión: redes neuronales profundas para evaluar escenarios complejos
  • Ejecución autónoma: capaces de actuar vía sistemas físicos o digitales, como plataformas médicas

En resumen:

Los agentes inteligentes de IA son entidades de software que usan técnicas de IA para completar tareas y lograr objetivos. No requieren entradas de datos explícitas ni producen resultados predefinidos. En cambio, pueden recibir instrucciones, crear un plan de acción, utilizar herramientas para completar tareas y generar resultados dinámicos.

Beneficios y potencial de la IA agéntica

La promesa de los agentes de IA es inmensa, y su impacto ya comienza a notarse en diferentes sectores:

Automatización avanzada de tareas

Desde responder correos hasta generar informes, programar reuniones o escribir artículos, los agentes pueden encargarse de procesos completos, no solo de partes.

Mejora en la productividad personal y empresarial

Al delegar tareas repetitivas o complejas, las personas y las organizaciones pueden enfocarse en el pensamiento estratégico, la creatividad o el desarrollo humano.

Acceso democratizado a “asistentes inteligentes”

Mientras que antes solo los ejecutivos o empresas grandes podían pagar por asistentes humanos o software especializado, ahora cualquiera con acceso a un agente de IA puede contar con apoyo operativo 24/7.

Personalización profunda

La IA agéntica aprende del usuario y se adapta a sus preferencias, estilo y necesidades, lo que la convierte en una herramienta extremadamente flexible.

Colaboración hombre-máquina

Más que reemplazar a los humanos, estos agentes pueden complementar sus capacidades, ayudando a tomar mejores decisiones y liberando tiempo para tareas de mayor valor.

Entrando en la era agéntica

Podemos decir que estamos entrando en una nueva etapa tecnológica donde las máquinas ya no responden solo a instrucciones, sino que planifican, toman decisiones y actúan proactivamente.

El núcleo de esta era agéntica está en arquitecturas como MCP (Memoria, Contexto, Planificación), que dotan a los sistemas de:

  • Memoria persistente (recuerdan interacciones pasadas),
  • Comprensión contextual (adaptan su comportamiento a datos en tiempo real),
  • Planificación autónoma (ejecutan estrategias a largo plazo)

Retos, riesgos y dilemas

Como con cualquier avance tecnológico, la IA agéntica no está exenta de retos. De hecho, su capacidad para actuar de manera autónoma la convierte en un área particularmente sensible a múltiples desafíos, como pueden ser la falta de control y explicabilidad.

¿Cómo podemos confiar en una IA que toma decisiones sin que sepamos exactamente cómo las tomó? La transparencia en el razonamiento de los agentes sigue siendo limitada.

Además, un agente que tiene acceso a herramientas financieras, bases de datos o sistemas empresariales puede cometer errores serios si interpreta mal una instrucción o actúa con datos incorrectos.

Por supuesto, no podemos dejar de lado que abre la puerta a posibles vulneraciones de privacidad o ciberataques si no se implementan medidas de protección adecuadas, y propaga una dependencia tecnológica al delegar cada vez más tareas a los agentes, amén del impacto laboral sobre trabajos que antes eran considerados “difíciles de automatizar”.

Una mirada al futuro de la IA agéntica

Aunque la IA agéntica todavía está en una fase inicial de adopción, su desarrollo es uno de los pilares del futuro tecnológico.

Para 2028, Gartner augura que:

  • El 15 % de las decisiones laborales serán tomadas por sistemas autónomos
  • El 33% de las aplicaciones de software empresarial incluirán IA agéntica, frente a menos del 1% en 2024, lo que hará que al menos el 15% de las decisiones diarias en el trabajo se tomen de manera autónoma a través de agentes de IA.

Asimismo, en los próximos meses nos veremos metidos de lleno en algunos escenarios muy interesantes:

Asistentes personales universales

En lugar de múltiples apps desconectadas, podríamos tener un solo agente que actúe como cerebro digital unificado: agenda, salud, finanzas, relaciones, entretenimiento, todo en uno.

Empresas compuestas por agentes

Ya se habla de startups formadas exclusivamente por agentes autónomos que programan, venden, escriben y operan sin intervención humana directa. ¿El nacimiento de una economía entre IAs?

Gobernanza algorítmica

Gobiernos y organizaciones podrían usar agentes para implementar políticas públicas, diseñar presupuestos o gestionar crisis, con decisiones más rápidas, pero también con nuevos dilemas éticos.

Educación personalizada

Agentes educativos podrían adaptarse al estilo de aprendizaje de cada alumno, actuando como tutores privados que conocen en profundidad el progreso, intereses y dificultades de cada estudiante.

Un salto cualitativo en la evolución de las tecnologías digitales

Como decíamos, su potencial es casi infinito.

Desde gestionar calendarios, coordinar equipos o analizar grandes volúmenes de datos, realizar análisis de mercado, automatización de flujos de trabajo o planificación estratégica, a gestionar dispositivos inteligentes, agendas y automatización doméstica en el hogar, su impacto es y será brutal en decenas y decenas de campos.

Entre ellos, la logística inteligente, la medicina personalizada, la energía renovable o la exploración espacial, por citar algunos a gran escala.

Ya no se trata simplemente de máquinas que nos responden, sino de sistemas que colaboran activamente con nosotros para lograr objetivos.

La pregunta no es si los agentes de IA van a formar parte de nuestra vida cotidiana, sino cómo queremos que lo hagan, bajo qué reglas, con qué límites y para qué fines.

En ese sentido, la IA agéntica es tanto una promesa como una responsabilidad colectiva. Y cuanto antes empecemos a entenderla, más preparados estaremos para vivir —y construir— el futuro que se nos viene encima.

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